Para qué se usan: los analgésicos no opiáceos se utilizan para aliviar el dolor agudo o persistente de leve a moderado. También se pueden utilizar en combinación con otros medicamentos o terapias para aliviar el dolor de moderado a intenso.
Cómo se toman: los analgésicos no opiáceos se administran por vía oral.
Entre los efectos secundarios, se incluyen:
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